Uno de los pilares principales de mi candidatura es la protección de la familia. Por eso les presento a la mía: Mi hijo mayor Pato, mi hija del medio Cony y la menor Jose. Cada uno diferente, únicos en su forma. Han aprendido a defender sus convicciones y a seguir sus sueños. Mi pequeño nieto Martin, hijo de Pato, es un niño encantador que sigue creciendo y descubriendo el mundo. En la foto también se encuentra mi madre quien me crio con fuerte valores que hoy me llevan a tomar este desafío con todas mis fuerzas.
Tal vez no somos el modelo de familia tradicional, pero nos une el amor, así como ha muchas otras familias, las cuales vienen en todos los formatos y formas posibles. Con ellas es mi compromiso.
Mi compromiso con las infancias lo he llevado desde siempre, por eso decidí ser profesora y dedicarme a la educación. Los niños y niñas no son el futuro, son el presente, y cada día debemos luchar por que vivan en paz y puedan desarrollarse en todos los aspectos.
Lamentablemente en nuestra comuna tenemos altas tasas de violencia intrafamiliar que vulneran los derechos de los menores y afectan su desarrollo fisico, mental y espiritual. Aunque he luchado por años con esta dinamica hoy siento que es tiempo de dar un paso más allá y hacer los cambios desde arriba. Es por esto que como concejala velare por denunciar la violencia y por crear espacios que resguarden a los niños para que que puedan desarrollarse, ser escuchados y alcanzar su máximo potencial.
Mi compromiso en con los niños, niñas y niñes, es por eso que quiero comprometerme con ellos y dedicarles este cuento:
Hace muchos años, la Maestra Magdna viajando por el mundo llegó a la magica tierra de Alhué, era una joven con un gran sueño: enseñar a los niños del reino. Llevaba consigo un libro especial, lleno de hechizos matemáticos que enseñaban a sumar estrellas y restar las nubes del cielo. Aunque era nueva, su corazón estaba lleno de energía y ganas de ayudar.
Pero había un problema: un dragón llamado Indiferencia habitaba en las montañas cercanas. Este dragón tenía el poder de hacer que los niños, niñas y niñes fueran olvidados por los adultos y no pudieran hablar ni ser felices. Soplaba su aliento de niebla, haciendo que se desvanecieran de las mentes de los guardianes del reino.
Un día, la Maestra Magdna decidió que ya era hora de enfrentarse a Indiferencia. Reunió a todos las niñeces de la escuela y les explicó su plan. “No puedo vencer a este dragón sola, pero juntos, con el poder de lo que hemos aprendido, lo derrotaremos”, dijo, y agrego "yo seré su voz, y ustedes mi motivación".
la Maestra Magdna y todos los infantes comenzaron a trabajar en su plan. Plantaron en su Jardín del Conocimiento una nueva flor, llamada Sabiduría, que era invencible ante el dragón. Cada vez que un niño o una niña daba su opinión, una flor de Sabiduría florecía y brillaba con luz propia.
Cuando el dragón Indiferencia apareció una vez más, sobrevolando el valle, se encontró con algo que nunca había visto antes: las flores del conocimiento crecían en todo el reino. Cuanto más intentaba el dragón soplar su niebla, más fuertes y brillantes se volvían las flores. Los niños se mantenían unidos, y tomados de las manos recitaron una canción:
"Nuestras voces son estrellas que al cielo van a brillar,
cada una tiene un sueño, un deseo que alcanzar.
Escucha el viento cantando, escúchanos al pasar,
porque nuestras voces juntas hacen un mundo cambiar."
Así lograron formar un círculo de energía protectora alrededor de todos, todas y todes. El dragón Indiferencia intentó una última vez soplar su niebla, pero fue inútil, las flores lo rodearon y en medio de un brillante espectacular, tomo conciencia y se transformo en un dragón dorado que se dio cuenta del mal había provocado. El dragón se sintio tan mal que deshizo su hechizo y decidio unirse a los pequeños y la Maestra Magdna y ser uno mas de sus aliados, cambiandose el nombre a Interés y ayudando a dar a los niños, niñas y niñes a dar sus opiniones.
Luego de eso la Maestra Magdna hizo una promesa especial a todos los niños, niñas y niñes del reino.
“Yo, Magda, les prometo ser su maestra. Enseñarles y protegerles siempre. Lucharé por un futuro en el que cada uno de ustedes pueda crecer libre, feliz y sin miedo. Lucharé para que nunca, ni por por sus origenes, ni por su género, ni sus creencias, ni por cualquier otra razón, se les cierre el camino hacia el mar de sus sueños.”
Magda sabía que el camino no siempre sería fácil, sobre todo para las niñas del reino. Recordaba un antiguo poema que había leído bajo un sauce mágico: “Seríamos todas reinas y llegaríamos al mar”. Pero también sabía que el camino hacia ese mar era a menudo más empinado para las niñas, quienes enfrentaban desafíos adicionales simplemente por ser quienes eran, así que con la ayuda del dragón Interés conjuraron un hechizo para que las voces de las niñas se escucharan tan fuertes como las voces de los niños. Gracias a eso una ancianita que no habia podido hablar hace años, pudo volver a hablar, cantar y dar sus opiniones.
En agradecimiento por su ayuda, la ancianita le regalo una antigua varita a la Maestra Magdna, la cual habia guardado desde tiempo inmemorables, y que tenia el poder de la "Experiencia de los Mayores".
Con su nueva varita mágica, La Maestra Magdna se comprometió a crear espacios donde todos, todas y todes pudieran ser escuchados y respetados, donde las niñas, y también las mujeres de su comunidad, estuvieran protegidas. “Prometo que desde los jardines de la escuela hasta las montañas más altas de Alhué, lucharé para que siempre haya justicia y respeto, y para que ningún dragón, ni siquiera el más oscuro, pueda jamás apagarnos”.
Los niños y niñas sintieron el poder de la promesa, una promesa que no solo los protegería de peligros mágicos, sino también de injusticias que a veces existían fuera de las tierras encantadas. Y así, con la luz de las flores de Sabiduría a su alrededor, la comunidad de Alhué siguió luchando y floreciendo, y la Maestra Magda, como hechicera protectora, con Interés se comprometió a ayudarlos siempre que lo necesitaran para que el futuro fuera brillante y lleno de esperanzas.
FIN.